martes, 14 de febrero de 2012

14-02-12













14-02-12

Quizá hoy te tire los tejos,

complete el tejado de tus debilidades,
te mire a los ojos y a todo asienta,
te regale un nombre especial
y perfume tu frágil autoestima con mi aroma.

Quizá hoy te tire esos tejos
que crees necesitar
porque careces de casa,
de hogar,
de nombre propio y de amor;
porque en tu naufragio sólo hay escombros.

Quizá hoy te tire los tejos
y disfrace con mi máscara tu trauma.
Quizá te diga que nada me importa,
que tengo dinero y fama,
que para mí tus miserias son nimias.

Quizá tirándote los tejos
en realidad sólo enhebro la fibra precisa.

(He visto en tu corazón un tejido inmaduro;
un descosido de fibras desordenadas;
un hueco perfecto para depositar mi estafa.)

Quizá te tire hoy los tejos
porque en realidad sólo soy un especulador
de casas vacías.
Quizá disfruto manipulando el mercado
en el que tú fracasas.
Quizá te tire los tejos para hacer mío
el hogar del que careces.

Y quizá te diga que es tuyo,
te entregue las llaves y el espacio
para que creas ser la dueña del alquiler pasajero;
de una solería de fraude y esquinas sucias.

Pero creo que hoy no voy a tirarte los tejos
porque son míos.
Porque amar es abandonar
para que con tus manos
(de una maldita vez)
construyas tu propio tejado.

(RCZ, 14-02-12)

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